Mis Ladrillos eran para los que leían la Billiken, los de barrio leíamos Anteojito y usabamos Rasti.
Así de marcadas eran las diferencias.
Todo bien clarito y nada de hinchar las pelotas, vos en aquella vereda, yo en esta.
Qué simple todo, no?
Nada de mariconadas.
Tenés, hacés. No tenés, no haces nada. En todo caso ocupate de tener algo. O construí castillos en el aire.
Y sino, a llorar a la iglesia.
3 comentarios:
Uhhh,Tío,si habré inventado castillos con un par de bloquecitos ,donde fantaseaba a mil.
¡¡Como nos motivava,y lastimaba mis deditos encastrando!! podía pasar horas sentadita en mi alfombra marrón.
Ay que lindo che...cuantos recuerdos ,hasta un lagrimón,me parece que me voy a comprar un par ,dejar por un ratito mi Xbox y volver el tiempo atrás.
Besos miles.
Fruta. Yo tenía -Tengo, aun- mis ladrillos. Y leia Anteojito.
Tengo alguno dando vueltas.
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