
Hoy para usar uno tenés que tener monedas, y recorrés kioskos, negocios, tachos de vagos, lo que sea para encontrar una. Y cuando la tenés, ahí sí, si el fono funca, podés hacer el llamado.
A todo esto, parece que hace ya un año que ando cachivacheando por acá. Mirá que hay porquerías, eh!
Y las que quedan...
Cómo decía el gran Frankie "The best is yet to come". O como tradujo Sueyro, "No se muevan porque todavía no vieron lo mejor".
Salute!
Este sketch es parte de un programa que los uruguayos hicieron en Chile. Los muchachos recorrían toda latinoamérica con su humor, pero acá es donde más éxito tuvieron.
Lo primero que recuerdo de ellos es Hupumorpo y el sketch de Toto Paniagua.
Y ni hablar de la imitación de Vinicius a cargo de Almada y Toquinho a cargo de Berugo. Impagables.
"Un día, a finales de 1977, Carlos Villagrán me había dicho que quería tratar conmigo un asunto muy importante, para lo cual me citó en el Vip's de Insurgentes y Altavista.
- Lo he estado pensando a fondo - me dijo cuando estuvimos ahí -, y he llegado a la conclusión de que ya es tiempo de que yo encabece mi propio espectáculo; para lo cual, claro, necesito separarme del grupo.
La decisión era de esperarse, pues las últimas giras por el extranjero, sobre todo en Chile y Venezuela, le habían dado a probar de manera sustanciosa las mieles de la fama. Es verdad que los méritos correspondían básicamente al trabajo realizado en conjunto, pero más de un espectador había acicateado su ego diciéndole que él era la piedra angular del edificio, de modo que su decisión era irrevocable. Y, de cualquier manera, yo pensé que lo asistía el lógico derecho de superación personal que tiene todo individuo, de modo que acepté su propuesta deseándole la mejor de las suertes.
- Pero es que yo quisiera seguir actuando como Quico - añadió -. O sea, hablando con los cachetes inflados y todo eso. De modo que me gustaría contar con tu autorización para hacerlo.
- Cuenta con ella - respondí.
Carlos no sólo me dió las gracias más sinceras por las oportunidades que yo le había brindado, sino que, además, me pidió que le diera los consejos que yo considerara pertinentes.
- Sólo te voy a dar uno - le dije -: Quico es un personaje que te puede dar grandes satisfacciones y los triunfos correspondientes, pero no te limites a él. El hablar con los cachetes inflados resulta muy gracioso, pero el exceso puede ser dañinamente empalagoso. Por lo tanto, dosifícalo; combínalo con otros personajes que tú mismo puedes crear.
- ¡Así lo haré! - me dijo con entusiasmo -. ¡Y muchas gracias!
Un caluroso abrazo puso punto final al breve encuentro.
Pero creo que Carlos no siguió el consejo muy al pie de la letra que digamos."
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