
Altavista era, de acuerdo al relato de quienes trabajaron con él, un tipo absolutamente opuesto al Mingo. Prolijo, elegante, educado; pero que al ponerse el escarbadiente en la boca, automaticamente se transformaba y te saludaba con un "Keacé, chogua!"
También cuentan que le gustaba tomarse unos vinos con amigos. Y que después de una de esas míticas cenas en Fechoría, se agarró un peludo de aquellos, al punto que mientras viajaba en el auto con García Grau, le hizo parar el coche justo en la puerta del regimiento de Patricios, en Palermo, se bajó y le empezó a gritar al soldado de guardia diciéndole que quería comprarle el tanque...!
En fin, un auténtico personaje de Buenos Aires. De una ciudad que ya fue. Que no cuenta con esos artistas pero que al menos, en algunos lugares, nos permite encontrarnos con sus creaciones. Que no es poco.
También cuentan que le gustaba tomarse unos vinos con amigos. Y que después de una de esas míticas cenas en Fechoría, se agarró un peludo de aquellos, al punto que mientras viajaba en el auto con García Grau, le hizo parar el coche justo en la puerta del regimiento de Patricios, en Palermo, se bajó y le empezó a gritar al soldado de guardia diciéndole que quería comprarle el tanque...!
En fin, un auténtico personaje de Buenos Aires. De una ciudad que ya fue. Que no cuenta con esos artistas pero que al menos, en algunos lugares, nos permite encontrarnos con sus creaciones. Que no es poco.
