Cuando era chico tuve como especial posesión un ejemplar de "La Cizaña". Afecto a las historietas como era, esa edición lujosa, de papel ilustración de buen gramaje que contenía personajes de lo más pintorescos y novedosos para mi, fue leída y releída sin que perdiera la gracia ni una de sus situaciones. Astérix y Obelix son clásicos en todo el mundo y acá tiene mucho adeptos. Aunque los libros fueron y siguen siendo caros vale la pena tener alguno. Con el tiempo me avivé de las similitudes entre el héroe galo y nuestro Patoruzú. Algunos que saben aseguran que Uderzo y Goscinny sabían de la obra de Dante Quinterno y no dudaron en "inspirarse" afanosamente en el cacique y el panzón Upa. Más allá de alguna similitud en el lineamiento de los personajes es en el contenido de la obra donde se encuentra el valor de ella. Si pueden no se pierdan la película que está en cartelera. Es una buena recreación de la historieta y se van a divertir un rato. Además, ver de Depardieu haciendo de Obelix no tiene precio. Bué, sí tiene, el de la entrada, pero lo vale. Es igual!
No se asusten, acá se estrenó en francés con subtítulos.
Por estos días todo el mundo anda abriendo regalos a lo loco. Los pibes andan con sus muñecos, la nenas con las muñecas, los adolescentes le dan a la muñeca y los más grandes se aguantan de comprarse una real doll, o porque no les da el presupuesto o porque no les da la cara. En fin. A lo que iba es que entre tanto regalo de acá y de allá, me acordé de este regalo que no me fue hecho para estas fechas sino, si mal no recuerdo, para un día del niño. Andá a saber que se les dió, pero me encajaron un microscopio de la san puta, con visor y lamparita incluida. No te cuento como andaba con el aparato este, bicho que agarraba iba a parar abajo del lente. El coso este ya viene con unos vidriecitos que traen pegados bichitos y un para de frascos con no sé qué. También me dedique a pincharme el dedo y ver que había dentro del rojo elemento vital (je! qué pluma) y analizar hasta la mayonesa que iba a usar para el pancho. Igual aclaro, no me despertó ni el más mínimo interés por la biología, la química o cualquier cosa que tuviera que ver con la investigación científica. Lo usaba apenas para joder un rato, entre autitos, soldaditos y algún partido de puchero con las fichus.
Cuando era chico tuve como especial posesión un ejemplar de "La Cizaña". Afecto a las historietas como era, esa edición lujosa, de papel ilustración de buen gramaje que contenía personajes de lo más pintorescos y novedosos para mi, fue leída y releída sin que perdiera la gracia ni una de sus situaciones.
